Abrimos la puerta, llenos de maletas y cargados de ilusiones, de nuestro nuevo Piso. Un largo corredor nos da la bienvenida. Tres habitaciones, un bello salón y una cocina al fondo de éste. Su baño, lleno de luz, sus ventanas, de cuento de hadas.
Hay un cambio, y es radical. Cambio de tamaño, de calle y de color. algo más de tecnología, más espacio, un poco más de tranquilidad.
Hoy, posiblemente, al salir del trabajo, viajar en metro y subir las escaleras que dan a la calle, tomaré hacia la derecha...y me tomará un par de días acostumbrarme a ir a la izquierda...