En medio de la cotidianidad, de sentimientos entrecruzados y emociones que vagan de aquí para alla, es normal encontrarse en medio de la nada. Sentir que aquel destino que creía perfectamente trazado meses atrás, ahora tiene que ser reconstruido. Sentir que todo cambia con una llamada telefónica. Con un sí. Con un nombre plasmado en un papel.
Es normal reducir la velocidad al caminar? Dejar atrás las vitrinas de los almacenes de moda? No mirar al frente?. Será normal no verse al espejo para levantarse con los meñiques los párpados y estirar la piel de las mejillas? Ver libros apilados en la estantería, cubiertos de polvo, y salir tras cerrar la puerta?
Será normal sentir que no se es quien se es, que no se tiene lo que se tiene, y que no se va hacia donde, supuestamente, debería ir?