Thursday, May 17, 2007

Se me casa la Caro

A Caro la conozco desde 1982, es decir, cuando aún no podíamos mantener el equilibrio de pie por más de una hora seguida, y nuestras palabras no tenían R por ningún lado. Fuimos juntas al jardín infantil. Luego la primaria, el bachillerato y fue ahí cuando nos dimos cuenta de la larguisisísima amistad que nos había unido y de cuya duración casi ni nos habíamos percatado.
Ella se fue por la Ingeniería Química y yo por las letras. Nos unía el amor obsesivo/casi suicida por los animales (los perros y los canarios). Ella se fue a recorrer el mundo y yo, aún en Colombia, veía las fotos que nos enviaba y me sentía orgullosísima de ella.
Venimos de situaciones similares: familia divorciada, hijas únicas, con nuestra madre y nuestra mascota como únicos miembros del hogar. Tal vez ese fue uno de los lazos irrompibles, esos que no permitieron que jamás, ni el tiempo, la distancia ni las feas circunstancias que tuvimos que pasar, nos separaran ni un milímetro.
Esta mañana recibí por correo un pdf de su tarjeta de bodas. Nos la envió a Johanna, que vive en México, y a Ximena, en Australia. NO podré estar presente en su boda, aunque sabe, y lo sabemos, que de corazón seré una de sus damas de honor.
Porque Caro, más que mi amiga, es esa hermana, con la que me comparaban constantemente cuando sacaba malas notas en el cole, y con la que viví momentos que sigo recordando con la viveza de quien los hubiera vivido hace un par de horas, obviamente, con algunas lagrimillas tratando de escapar y rodar cuesta abajo.
Te deseo la mejor de las suertes amiga!, háganse tan felices el uno al otro hasta explotar.

1 comment:

millo said...

Ojalá pudieras estar en la boda de tu amiga, a mi me sucedió que mi amiga de Nueva Zelanda se casó y no pude ir, pero bueno, saben que estamos ahí de espíritu. Besotes.