TO CHANGE OR NOT TO CHANGE..THAT'S THE THING

Hoy un amigo que aprecio mucho (aunque ingrato a veces, pero él lo sabe y lo acepta), me ha propuesto un cambio.
Ahora, su propuesta ha llegado en un momento de mi vida que no puedo calificar de apropiado o inapropiado, sencillamente apareció en "el momento". Camino a casa, con la pesadez de quien carece de tiempo hasta para cuestionarse, no pude parar de preguntarme si eso es lo que necesito ahora. Me he dado cuenta de que le he empezado a tomar un miedo irracional al cambio.
CJ, a la que nunca le importó empacar tres chiros y un cepillo de dientes en una maleta y saltar de un lado a otro, a la que jamás le acojonó enfrentarse a un idioma, a la nieve o al trabajo en un bar o un restaurante para completar lo de los gastos. La que se pintaba el pelo de rojo, a los dos meses de rubio y a los tres de castaño. La que luchó en contra del sentimiento más poderoso y dejó todo para venir AQUÍ. Esa, esa, esa misma ahora se está echando pa'trás, pensando las cosas ochenta mil veces y negándose incluso las oportunidades más sencillas de la vida.

Lo peor de todo es que el cambio, como tal, ya estaba planteado e incluso decidido, y hoy que lo ví tan cerca, que lo pude palpar con las yemas de mis dedos...entré en pánico.