NO MÁS

Ayer, millones de colombianos se congregaron en más de 150 países del mundo, al mismo tiempo, para manifestar su rechazo hacia quienes han hecho de nuestra vida una pesadilla. Los culpables de que miles de colombianos empaquen sus maletas cada año y se encaminen en la búsqueda de horizontes más seguros. Los culpables de que yo llame a mi mamá todos los días a preguntarle sencillamente como está. Los responsables de que rece día y noche por el bienestar de los míos, los que se encuentran en Colombia.

Fuente: abc.com

Anoche llegué minutos antes de que la manifestación en Plaza España acabara. Pero sin embargo, el ir caminando por la calle mayor, viendo gente ir y venir con posters, pancartas, camisetas blancas y enormes banderas tricolor amarradas al cuello, hizo que mis ojos se ahogaran en lágrimas. El ver como todos seguimos movilizándonos, uniendo nuestro sentimiento de odio y repulsión hacia el secuestro, la extorsión y sus derivados, me ha alborotado el patriotismo de los pies a la cabeza. Digan lo que digan de nosotros, lo unidos y patrióticos no nos lo quita nadie, no tendremos muchas cosas, pero nos sobra amor por el país.

Decía una amiga anoche, mientras cerrábamos con una cañita, que quien diga que una sola persona no puede hacer nada por su patria está muy equivocado. Una convocatoria realizada por una sola persona a través del Facebook, en varios idiomas, logró que los colombianos de todos el mundo se volaran de sus puestos de trabajo o faltaran a un día de clase, para unirse a sus paisanos en una sola voz. Luego, evidentemente, en el metro camino a casa, no podía evitar pensar que cosa podría hacer yo el año que viene para aportar mi grano de arena en esta terrible convulsión.