VENIMOS DE LA RIOJA

Después de no encontrar hostal en San Sebastián, en Málaga ni en Cádiz, optamos por la región del vino.

Había mucho que celebrar. Y aunque al principio no prometía, la verdad fue una excelente decisión. Una ciudad pequeña, sí, con poco que visitar, también. Sin embargo, sus callecitas empedradas, su historia, sus bodegas, su caminillo de Santiago y su tranquilidad nos permitieron brindar cálidamente (a pesar del viento), por el año que ya llevamos juntos.

El sábado fuimos a LaGuardia, un pueblito en el País Vasco que recorrimos 4 veces. Entramos a todos sus cafés (cuestión de temperatura), nos bebimos todo el té del mundo ahí (ya no había estómago ni hígado para más vino), y volvimos a las 6 de la tarde, con el frío calado en cada rincón de nuestros cuerpos, pero con una sonrisa que hablaba por sí sola: Valió la pena.